Sucralosa

La sucralosa (E 955) es un edulcorante sin calorías. No aporta energía al organismo, ya que la sucralosa sólo se puede utilizar en una pequeña parte. El edulcorante está hecho de azúcar. Se produce por la conversión química de la sacarosa, que requiere compuestos de cloro.
El poder edulcorante es entre 500 y 600 veces superior al del azúcar.

La sucralosa no está permitida en todos los alimentos. Está permitido en alimentos de valor energético reducido o sin azúcar, como los postres sin azúcar, las cremas para untar sin azúcar o de valor energético reducido, o en los productos de confitería de valor energético reducido o sin azúcar.
Además, la sucralosa se encuentra en las bebidas de valor energético reducido o sin azúcar, en las bebidas alcohólicas, en las frutas agridulces, en las conservas de verduras o pescado y en los complementos alimenticios.

Hasta un 15% de la sucralosa puede ser convertida por el organismo en 1,6-diclorofructosa, que puede provocar efectos secundarios mucho más graves (flatulencia, diarrea, vómitos, colapso circulatorio) que la fructosa en personas con intolerancia a ésta.

Por esta razón, no se recomienda un consumo excesivo para las personas con intolerancia a la fructosa. Este edulcorante también debe evitarse por completo durante la fase de abstinencia. Hay que tener en cuenta que los edulcorantes se mezclan a menudo con la fructosa en los productos acabados para conseguir el sabor deseado.